Miles de globo fueron colocados sobre las ruinad de los edificios destuídos tras el terremoto, como último regalo para los pequeños fallecidos, al borde de una carretera que atraviesa Antakya, esto debido al terremoto del 6 de febrero que devastó el sur de Turquía.
Es sorprendente los pequeños y frágiles globos contrastan con el gris monocromo de las montañas de escombros de lo que una vez fue vez un reciente edificio color beige de nuevo pisos. Ocho días después del terremoto, el hombre de casi cuarenta años comenzó a atar globos a las ruinas de la despoblada ciudad de 400 mil habitantes, donde el ruido de las excavadoras y las nubes de polvo dominan toda forma de vida.
Más de 42 mil personas perdieron la vida en Turquía a causa del terremoto del 6 de febrero, cifra que asciende a 46 mil si se suman los que fallecieron en Siria, país vecino.
