La captura de Walter Pineda, de 22 años, fue realizada el pasado miércoles 30 de marzo a las 5 de la tarde, en el momento que permanecía fuera de la venta de gas donde trabajaba como repartidor desde diciembre de 2020. La captura fue realizada por tres soldados quienes pasaban por el lugar en la colonia El Valle de San Marcos. Pineda y un compañero de trabajo estaban afuera del negocio junto a las motos en las que distribuían el gas, cuando fueron abordados por tres soldados.
Los elementos de la Fuerza Armada los catearon luego les pidieron a los dos hombres que los acompañaran al puesto policial El Cenizal, donde fueron capturados.
Después los detenidos fueron llevados hacia el puesto conocido como El Penalito, en San Salvador, y posteriormente fueron trasladados al penal de Izalco, en Sonsonate. El 9 de abril, Pineda enfrentó la audiencia inicial en su contra, donde fue enviado a prisión preventiva por seis meses, mientras sigue el proceso por el delito de asociaciones ilícitas.
La diligencia judicial fue masiva en la que se procesaba un aproximado de 300 detenidos a la misma vez. Los familiares alegan su inocencia y piden a las autoridades que se haga justicia, debido a que aseguran que Pineda no tienen vínculos con pandillas.
Pineda es el único sostén económico en su hogar y es padre de un niño de año ocho meses. “Pedimos que por favor investiguen bien y que revisen su caso” implora una de sus familiares.
Los familiares, quienes no tienen la posibilidad de pagar un abogado particular, realizaron una colecta de firmas en la comunidad para hacer constar que Pineda es un hombre trabajador y que no tiene nada que ver con las pandillas, como lo acusa la policía.
Sin embargo, hasta ahora no han tenido la oportunidad de presentar las pruebas ante el juzgado. Según los parientes de Pineda, él no tiene ningún tipo de tatuajes en su cuerpo. El repartidor se reunía en la iglesia evangélica de las Asambleas de Dios desde hace varios años, agregaron.